Por dos razones fundamentales; primera porque es el material con el que hemos trabajado durante años (algunos de nosotros desde generaciones) y segunda porque creemos que es uno de los materiales más primitivos y puros. El barro nos permite enseñar las técnicas primitivas que utilizaron los primeros hombres y hacerles entender la simplicidad y a la vez grandiosidad del trabajo con barro.
El hacer comprender a un niño las posibilidades que tiene a la hora de crear es un concepto muy interesante. Que sea consciente de la importancia de los elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego, es importante y muy enriquecedor. Hacer ver a los niños que, aunque existen cientos de materiales para modelar y hacer crecer su creatividad, pueden hacerlo con algo tan sencillo como la tierra, es fomentar una unión del niño con la naturaleza, algo que debería ser primordial en este mundo de hoy en que la tecnología nos está apartando del trabajo manual y del contacto directo con nuestro entorno.
Un pedazo de barro fresco es un regalo para los sentidos. A los niños les encanta tocar el barro y experimentar las sensaciones que provoca este material húmedo, pegajoso y suave. Además, al moldearlo y construir volúmenes con él, se estimula la percepción tridimensional.
La primera vez que los niños se enfrentan al barro les hablamos de su naturaleza como material plástico, que proviene de la tierra, y de cómo ha servido a la humanidad durante siglos para la fabricación de todo tipo de objetos domésticos, rituales y artísticos. Que comprendan la riqueza de un material como la tierra que, en combinación con los otros elementos, es un todo para crear.
Antes de empezar a trabajar es necesario un periodo de experimentación con el material para que perciban sus propiedades físicas, por ello les preguntamos acerca de sus cualidades como material: textura, color, olor, si es suave o duro, su capacidad para ser moldeado, su capacidad de endurecimiento por calor, es decir, su transformación. Los niños deben explorar el material y descubrir por sí mismos qué se puede hacer con él.
También estimulamos la creatividad del grupo lanzando preguntas o propuestas como:
- Haced algo que se sostenga en tres patas
- ¿Cómo muestran las personas su cariño?
- Con qué animales te gusta jugar
- ¿Qué objetos guardarías en una caja?
En la medida que van creando, nosotros les vamos ayudando con algunas pequeñas ideas. Mediante dibujos de animales, objetos, personajes, etc. que les anime a realizarlos con sus manos. No podemos olvidar que hoy en día hay muchos niños que apenas han creado con las manos. Por desgracia el barro en nuestras escuelas no es algo imprescindible.
Pero no sólo es la creatividad lo que vamos a fomentar con estos talleres, también enseñamos historia, y por ese motivo consideramos que el trabajo con barro es fundamental en la formación. Utilizando un elemento natural, podemos mostrar a los pequeños cómo fue la evolución del hombre, cómo trabajaban los diferentes pueblos de la tierra, qué usos les daban… Las posibilidades son muchas y muy variadas…
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